Construcción 32: Unión de arcos y bóvedas

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Comienza con este post una de las fases más delicadas de la construcción de la Domus. Ahora que los arcos y las bóvedas están todos listos, hay que proceder con los acabados necesarios para que encajen perfectamente uno con otro, además que con los muros y las columnas.



Durante la construcción de la primera bóveda de arista me di cuenta que lo más difícil llegaría al final, y desde entonces no he dejado de pensar en como debería actuar para que la estructura terminada no presente discontinuidad entre las diferentes piezas tras el cierre del sótano.
Una vez instalado el embovedado, sería de hecho imposible intervenir desde el exterior sobre posibles errores. Además, aunque se pudiesen retocar algunos detalles con el auxilio de un pequeño pincel y de un poco de cemento, debería hacerlo a paredes ya barnizadas y "envejecidas", haciendo aún más evidente el corte con el resto del ambiente.


Mi intención en un primer momento era de terminar las piezas e ir colocándolas en su sitio mano a mano que las iba acabando, corrigiendo sobre la marcha posibles fallos. Pero este método no sería muy cómodo a causa del espacio de trabajo muy reducido, y me llevaría a concentrar mi atención sobre las partes más visibles desde el exterior, transcurando las demás.


La idea de ir juntando arcos y bóvedas para reducir el embovedado a unas pocas piezas más grandes me vino mientras estaba corrigiendo dos arcos para que coincidieran entre ellos.
Pegando las seis bóvedas de la zona cantina con los siete arcos intermedios, podría convertirlos todos en una única pieza. Así podría ponerla boca arriba y barnizarla tranquilamente dejando para otro momento el acabado de las juntas entre bóvedas y muros.


He aquí como procedo:
Tras haber colocado los arcos y las bóvedas, cubro las juntas con una fina capa de cola blanca. Cuando ésta se ha secado, levanto todo con mucho cuidado y le doy la vuelta para verificar que todas las piezas estén en su sitio. En este caso me toca despegar y mover uno de los arcos que sin querer se ha desplazado durante la operación de pegado.



Tres de las bóvedas aún no han sido terminadas con el cemento, pero como ya sé que para el relleno de las juntas también usaré el cemento, decido acelerar esta fase cubriendo a la vez toda la estructura.
Esta no se revela una buena idea, ya que la gran cantidad de agua y cemento ablanda peligrosamente el Das, dejando toda la estructura extremadamente frágil y sujeta a deformaciones.
Para remediar, vuelvo a colocar las bóvedas en su sitio bajo un peso uniforme y dejo secar.


Cuando el cemento por fin está seco puedo seguir con el pulido, que efectuo con papel de lija y un ganchito que me permite alcanzar todos los rincones. En algunos puntos quedan visibles unas grietas causadas por la humedad. Éstas no comprometen la estabilidad de la estructura porqué ya está bien seca, y a bien mirar le dan un toque realista imprevisto. Claro está, si se tratara de una verdadera bóveda me tocaría echarla abajo y comenzar desde el principio!
De todas formas, para otorgar más resistencia a la pieza (porqué ahora sí es una única pieza), cubro todo el extradós con cola, esta vez en abundantes pinceladas, y dejo secar otra vez.


Ahora el interior de la cantina tiene un aspecto mucho más uniforme. La luz ya no filtra a través de las bóvedas, sólo se ve una linea horizontal entre su base y los muros. Unos retoques más y la construcción del sótano estará terminada.

Pero ¿qué estoy diciendo? ¡Si falta todavía la otra mitad del embovedado!
Me estaba haciendo ilusiones...
Bueno, de momento estoy satisfecho del resultado y voy a hacer un par de fotos nocturnas de esta parte de cantina casi "accesible"...






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