Una vez realizado el soporte de escayola, puedo al fin proceder a la construcción de mi primera bóveda.
Los ladrillos son los mismos usados para las paredes y el suelo del sótano, hechos con el Das, y están pegados con la misma cola blanca. Durante esta operación hay que tener cuidado de insertar la cola sólo entre ladrillo y ladrillo, evitando que cuele hasta el soporte. Esto facilitará su retiro una vez que se haya terminado la bóveda.
Mientras en la realidad la puesta en obra de los ladrillos empieza desde abajo y desde los lados para juntarse en el vértice de la bóveda, trabajando con tamaños tan reducidos me resulta más cómodo empezar desde arriba, componiendo la cruz que será la espina de toda la estructura.
Los ladrillos son los mismos usados para las paredes y el suelo del sótano, hechos con el Das, y están pegados con la misma cola blanca. Durante esta operación hay que tener cuidado de insertar la cola sólo entre ladrillo y ladrillo, evitando que cuele hasta el soporte. Esto facilitará su retiro una vez que se haya terminado la bóveda.
Mientras en la realidad la puesta en obra de los ladrillos empieza desde abajo y desde los lados para juntarse en el vértice de la bóveda, trabajando con tamaños tan reducidos me resulta más cómodo empezar desde arriba, componiendo la cruz que será la espina de toda la estructura.
Estos primeros ladrillos están escuadrados de forma regular, mientras a partir de la siguiente línea tendrán un perfil ligeramente trapezoidal para adaptarse a la convexidad de la bóveda.
Donde se juntan dos arcos perpendiculares, los ladrillos habrán de ser cortados siguiendo una diagonal (que varia a cada línea) para que encajen con los ladrillos correspondientes del otro arco.
Esta es quizás la mayor dificultad encontrada en la construcción de las bóvedas de arista, pero se supera con un poco de práctica.
Teniendo que realizar 11 bóvedas de esta clase, estoy seguro que tendré modo de adquirir cierta experiencia al respecto...
Donde se juntan dos arcos perpendiculares, los ladrillos habrán de ser cortados siguiendo una diagonal (que varia a cada línea) para que encajen con los ladrillos correspondientes del otro arco.
Esta es quizás la mayor dificultad encontrada en la construcción de las bóvedas de arista, pero se supera con un poco de práctica.
Teniendo que realizar 11 bóvedas de esta clase, estoy seguro que tendré modo de adquirir cierta experiencia al respecto...
Para que la bóveda pueda considerarse terminada necesitará de unos remates: el corte de los ladrillos sobrantes, el pulido de la superficie interna, el relleno de las juntas...
Pero ésto lo veremos mejor en otro post. Por ahora me limitaré a admirar el trabajo realizado dándome ánimo para enfrentarme a las 10 bóvedas que aún me quedan...
Pero ésto lo veremos mejor en otro post. Por ahora me limitaré a admirar el trabajo realizado dándome ánimo para enfrentarme a las 10 bóvedas que aún me quedan...
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