La construcción de las bóvedas de arista es desde el principio una de mis principales preocupaciones. En comparación con los arcos de medio punto y las bóvedas de cañón éstas presentan un mayor nivel de dificultad.
Mientras para las bóvedas de cañón usé como soporte un simple rollo de papel, la construcción de la estructura que deberá sujetar los ladrillos de la bóveda de arista se presenta bastante mas compleja.
Mientras para las bóvedas de cañón usé como soporte un simple rollo de papel, la construcción de la estructura que deberá sujetar los ladrillos de la bóveda de arista se presenta bastante mas compleja.
Dicha bóveda está formada por la intersección de dos bóvedas de cañón, y al igual que éstas se suele construir sobre estructuras provisionales que toman el nombre de cimbras. En mi caso, entonces, podría juntar dos cilindros de papel recortándolos de forma que encajen perfectamente entre ellos.
Sin embargo, además de la dificultad de esta operación, el soporte debería resultar lo bastante fuerte como para ser reutilizado por lo menos 11 veces (tantas son las bóvedas que cubren el sótano).
Empiezo entonces a estudiar un método alternativo.
Sin embargo, además de la dificultad de esta operación, el soporte debería resultar lo bastante fuerte como para ser reutilizado por lo menos 11 veces (tantas son las bóvedas que cubren el sótano).
Empiezo entonces a estudiar un método alternativo.
Las hipótesis que tomo en consideración son el uso de silicona, que antes necesitaría la realización de un molde, o la construcción del negativo de la bóveda en algún material fácil de tallar...
Esta segunda posibilidad resulta quizás más lenta pero es también la más directa.
Después de unas pruebas decepcionantes de corte sobre poliestireno (en caliente y en frío), paso a la escayola. Me encuentro con un saco de este material dejado en la terraza por los albañiles y decido aprovecharlo.
Esta segunda posibilidad resulta quizás más lenta pero es también la más directa.
Después de unas pruebas decepcionantes de corte sobre poliestireno (en caliente y en frío), paso a la escayola. Me encuentro con un saco de este material dejado en la terraza por los albañiles y decido aprovecharlo.
Tras realizar un pequeño bloque con un molde de madera, lo voy tallando con el cutter (como si estuviera pelando patatas) hasta conseguir la forma deseada...
Y ya está, aquí está mi cimbra! Ahora puedo empezar a colocar los ladrillos para construir mi primera bóveda de arista...
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