En época medieval la decoración de las viviendas era bastante simple y se limitaba a unos pocos elementos: arquibancos, taburetes, sillas, mesas, alfombras, cortinas...
Sin embargo era común la presencia de nichos o recesos en los muros (por entonces bastante gruesos) divididos por estantes o cerrados por puertas de madera y que tenían la función de verdaderos armarios empotrados.
Sin embargo era común la presencia de nichos o recesos en los muros (por entonces bastante gruesos) divididos por estantes o cerrados por puertas de madera y que tenían la función de verdaderos armarios empotrados.
En la Domus, la construcción de los muros de la entrada ha alcanzado ya una buena altura, así que decido realizar aquí mi primer nicho.
El lugar elegido se encuentra en la pared derecha, inmediatamente por encima del banco de piedra. Sólo se tratará de un pequeño receso cubierto por un arquito ojival.
Primero hay que colocar los sillares laterales. Sobre éstos posaré el arco, compuesto de tan sólo cuatro dovelas. El corte y labra de las piedras presenta una pequeña novedad: es la primera vez que tengo que cortar elementos curvados y no sé bien como hacerlo. Voy un poco a ojo, a partir de dos segmentos rectos y trabajando con las lijas hasta obtener la misma curva y longitud. Luego los corto por la mitad y voy lijándolos un poco en las juntas para que las superficies coincidan.
Supongo que con el tiempo desarrollaré una técnica menos casual, pero por esta vez me considero aprobado.
El arquito se sujeta por si solo, o sea que los maestros constructores no mentían. Ahora un poco de cola lo fijará definitivamente a la pared...
El segundo paso es la construcción del muro de fondo, usando piezas más finas que quedarán bloqueadas en su posición por el relleno de piedras y cemento del muro. Nada especialmente complicado, y en unos pocos minutos ya puedo contemplar el nicho terminado y listo para acoger... ¿el qué? ¿una vela? ¿una estatuita votiva? No sé, aún no he decidido lo que voy a colocar en su interior.
Así es como queda el nicho después de la puesta en obra de las últimas piedras:
Supongo que con el tiempo desarrollaré una técnica menos casual, pero por esta vez me considero aprobado.
El arquito se sujeta por si solo, o sea que los maestros constructores no mentían. Ahora un poco de cola lo fijará definitivamente a la pared...
El segundo paso es la construcción del muro de fondo, usando piezas más finas que quedarán bloqueadas en su posición por el relleno de piedras y cemento del muro. Nada especialmente complicado, y en unos pocos minutos ya puedo contemplar el nicho terminado y listo para acoger... ¿el qué? ¿una vela? ¿una estatuita votiva? No sé, aún no he decidido lo que voy a colocar en su interior.
Así es como queda el nicho después de la puesta en obra de las últimas piedras:
MATERIALES:
pizarra, cola blanca
HERRAMIENTAS:
pinzas, tenazas, papel de lija, serrucho, lijas
MEDIDAS (en cm):
ancho: 1
alto: (desde el suelo - 2,4) (desde la base hasta la clave - 2)
profundidad: 0,7