Última fase de construcción del suelo para el pórtico mayor de la Domus.
Después de las pruebas iniciales y de la puesta en obra, operaciones efectuadas dentro casa, me voy a mover ahora a la terraza para levantar una buena nube de polvo. Ha llegado la hora del pulido para dar al suelo su aspecto final.
Después de las pruebas iniciales y de la puesta en obra, operaciones efectuadas dentro casa, me voy a mover ahora a la terraza para levantar una buena nube de polvo. Ha llegado la hora del pulido para dar al suelo su aspecto final.
Como ya adelantaba en el precedente post, he mantenido las paredes en un nivel más bajo que el del suelo para evitar que impidieran el movimiento de mi mano a la hora de usar el papel de lija. Pero el primer asalto lo llevaré a cabo con el Dremel y algunos discos apositamente recortados.
Las losetas están todas bien agarradas al fondo de cemento, pero presentan grosores diferentes y algunas de ellas sobresalen mucho del suelo. La fuerte velocidad de rotación del Dremel me permite reducir ese exceso de material con más facilidad que con métodos manuales, ya que las teselas blancas son bastante frágiles y bajo una presión excesiva podrían resquebrajarse.
Las losetas están todas bien agarradas al fondo de cemento, pero presentan grosores diferentes y algunas de ellas sobresalen mucho del suelo. La fuerte velocidad de rotación del Dremel me permite reducir ese exceso de material con más facilidad que con métodos manuales, ya que las teselas blancas son bastante frágiles y bajo una presión excesiva podrían resquebrajarse.
Después de este primer pulido sumario, paso al uso del papel de lija de trama gruesa, frotándolo con fuerza sobre toda la superficie y en todas direcciones. Tras varios arañazos se me ocurre la brillante idea de doblar hacia afuera el alambre metálico que refuerza los muros (mejor tarde que nunca).
Tercera fase de pulido, esta vez con papel de lija fino, con el cual repaso también la piedra de los escalones para suavizar ligeramente el canto y uniformarlos al resto del pavimento.
Ahora ya la superficie resulta lisa y no aparece rayada como al principio.
Ahora ya la superficie resulta lisa y no aparece rayada como al principio.
Para acabar, voy dando unos retoques aquí y allá con el Dremel, repasando luego las áreas retocadas con el papel más fino y removiendo al final el polvo con un paño húmedo.
Y aquí tenemos al pavimento terminado. Ya tan sólo falta el relleno de cemento de las juntas, tarea que llevaré a cabo más adelante, pero el aspecto es el esperado.