Construcción 36: Celda subterránea (2)

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En la primera parte hemos dejado la celda subterránea casi terminada, con las rejas y la puerta de hierro ya instaladas y unas anillas clavadas en la pared.
Es el momento de rematarla con los últimos detalles antes de cerrar las bóvedas.


Primero me gustaría realizar un lecho de paja que servirá a los prisioneros para tumbarse y para recoger sangre y otras porquerías que podrían estropear mi precioso suelo.
Para hacerlo usaré una madeja de cáñamo encontrada en una zona de obras.


Tras haberla limpiado muy bien (ha quedado a la intemperie durante un tiempo y estaba llena de polvo), aparto los hilos más gruesos que resultarían fuera de escala, y la voy cortando con unas tijeras.


Unos simples tijeretazos y ya se va pareciendo más a un montón de paja.
Ahora la coloco sobre un soporte provisional (en este caso un cartón) y la voy mojando con un poco de cola spray que he comprado aposta para este trabajo.
Dejo secar unos minutos, luego la retiro del cartón y la presiono ligeramente con los dedos, aplastándola de manera uniforme.
Mi lecho de paja ya está listo para ser colocado dentro de la celda.


Ahora pulverizaré el suelo con un poco más de cola, para que la paja se quede bien fija. Ya sí puedo colocar el lecho, presionándo suavemente con una pequeña espátula y añadiendo unos hilos más en los rincones para cubrir toda la superficie.
En una esquina coloco un pequeño cubo de madera, comprado junto con otros accesorios para maquetas navales. ¡Y ya tenemos water!


En el centro de la bóveda coloco una anilla de hierro parecida a las que ya puse en la pared, y a través de ésta inserto una cadena que quedará colgando a media altura. Será útil para inmovilizar los prisioneros menos colaborativos y convencerlos con métodos más eficaces.
Además dejaré en el suelo una cadena corta con dos anillas en les extremidades que servirá para atar los tobillos de los cautivos.

El interior de la celda ya se presenta mucho más acogedor. Tan sólo faltan las bóvedas, que tendré que retocar para que encajen perfectamente con la estructura. De momento, puedo colocarlas de forma provisional para comprobar el efecto final.


Se me olvidaba un último detalle: para que se vea que esta prisión no es un elemento de adorno y se usa con regularidad, voy a decorar las paredes con unos graffiti, supuestamente dejados por algún prisionero durante su larga estancia en este lugar...


Muy bien, ya creo que no falte nada más (a parte los invitados, claro).




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